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Guía de compra de bicicletas plegables (eléctricas o no): recomendaciones en función del uso y 16 modelos desde 200 a 3500 euros

Pese a que con el buen tiempo, las bicicletas "florecen" en nuestras ciudades, cada vez son más las personas que se decantan por este medio de transporte urbano sencillo, rápido, limpio y relativamente bajo coste (especialmente comparados con los coches) durante todo el año, especialmente si tenemos en cuenta las ventajas extra que aportan las bicis eléctricas. ¿Por qué una bicicleta plegable? Si el espacio es un problema o si vas a combinarlo con trayectos donde ha de estar guardada, puede ser el transporte público, pero también el maletero, son una gran opción.

En esta guía de compra de bicicletas plegables analizamos las particularidades de este tipo de bicis, cuándo resultan especialmente útil, lo que hemos de tener en cuenta y os dejamos una selección de modelos puramente mecánicos y con pedaleo asistido.

Legislación: lo que hay que saber
Nos gusta empezar aclarando conceptos, porque el espacio urbano cada vez tiene más habitantes y es fácil que esto siembre discordia. Sea eléctrica o no, para conducir una bici de cualquier tipo es obligatorio del casco en vías interurbanas y carreteras, pero no en ciudad. Aunque es recomendable.

Si conducimos de noche – o con luminosidad reducida –, hemos de llevar luz delantera blanca para ver y trasera de color rojo para ser vistos.

Debemos conocer el código de circulación, las señales de tráfico y respetarlas. Además, salvo que se especifique lo contrario, no se puede circular por las aceras, por lo que tocará circular por la calzada como el resto de vehículos.

Para una bicicleta "de toda la vida" no hace falta carnet, ni seguro de seguro de daños a terceros ni se requiere abonar impuesto de circulación. Lo mismo es aplicable para el grueso de bicicletas eléctricas urbanas, las denominadas bicicletas de Pedaleo asistido (EPAC). Pero ¿qué son las EPAC desde un punto de vista lesgislativo?

"bicicletas con pedaleo asistido, equipadas con un motor eléctrico auxiliar, de potencia nominal continua máxima de 0,25 kilovatios, cuya potencia disminuya progresivamente y que finalmente se interrumpa cuando la velocidad del vehículo alcance los 25 km/h, o antes si el ciclista deja de pedalear"

La clave es que el motor sea de 250W y que su velocidad asistida esté limitada a 25 km/h, en caso contrario se asemejarían a ciclomotores. Las bicis con motor y batería tienen que estar homologadas por el Ministerio de Industria según la norma UNE-EN 15194:2009. En este sentido, cuidado con las compras de importación.

Las particularidades de las bicicletas plegables
Como a la hora de comprar cualquier otra bici, conviene echar un vistazo a características generales como si tiene cambios y su calidad, si dispone de suspensión, del tipo de freno, el material del cuadro, qué tipo de bici quieres... hasta aquí, nada nuevo. Pero ojo porque elegir una bici tiene bastantes misterios.

Que una bici sea plegable añade algunas variables más a la ecuación de nuestra bici perfecta. Y si además es eléctrica, mortal con tirabuzón.

Hay personas que erróneamente piensan que son más asequibles, cuando en realidad esta característica hace que, para prestaciones similares, generalmente su precio sea superior. Si elegimos una bici plegable es simplemente por una cuestión de espacio: porque no tenemos cuarto de bicis o similar y nuestro piso es pequeño – en general, una bici en casa estorba –, porque hay transportes urbanos que restringen el uso de bicicletas por su tamaño, o porque tenemos que trasladarlas en el maletero o a mano y se agradecen esas dimensiones reducidas. Llevar la baca o desmontar los asientos con frecuencia no es lo más cómodo. Como ves, su vocación urbana es esencial y será en ellas en las que nos centremos, aunque también hay bicis plegables más todoterreno.

Para elegir una bici plegable son esenciales tres aspectos: la calidad del mecanismo de plegado y cuánto pesa y ocupa cuando está doblada
Respecto a cómo se pliega, lo más habitual en las bicicletas plegables urbanas es encontrarnos un mecanismo de plegado horizontal con cierre de seguridad ubicado en el marco de la bici (con ligeras variaciones en diseño en función del fabricante, especialmente si es eléctrica, ya que es muy común que en esa zona se sitúe la batería en las e-bikes) para montarla y desmontarla sin necesidad de herramientas. Si nos interesa que ocupe especialmente poco espacio, hay marcas como Brompton que apuestan por doblar en tres para que sea más compacta.

Este mecanismo acumula la tensión en el cuadro, especialmente con un uso frecuente o con cargas pesadas. Por esa razón, el conjunto de plegado es el que determina en buena medida la calidad de la bici plegable: la calidad de la construcción y materiales, cómo de robusto y resistente es el sistema frente a un uso continuado, su capacidad para absorber la vibración y la rapidez de montaje.

Una bici ligera se mueve más fácil cuando estás encima de ella, pero sobre todo cuando la llevas en brazos. Hay modelos que apuestan por el minimalismo para reducir cargas, pero la clave está en dar con aquellas con materiales que aúnen la resistencia necesaria con la ligereza, generalmente con aluminio, acero o aleaciones con diferentes metales como el titanio. No obstante, podemos encontrar modelos de 10 kilogramos. Eso sí, tendrás que pagar el precio de una bici tan liviana.

Antes de liarnos la manta a la cabeza buscando la bici plegable más ligera, compacta y con el mejor mecanismo, es mejor tener claro para qué y cuánto la vamos a usar (especialmente el mecanismo). Os pongo de ejemplo mi propio caso: hace un par de años decidí que quería una bici plegable para moverme por mi ciudad. La elegí plegable porque quiero podérmela llevar un par de veces al año en el maletero para algún viaje, pero su estado habitual va a ser desplegada y en el cuarto de bicis. En este sentido, busqué una bici sencilla de una marca de referencia con buena relación calidad precio que hasta ahora ha cumplido al a perfección. Un caso diferente sería si tuviera que guardarla en mi piso, bajarla por las escaleras y llevarla al trabajo en coche o en metro plegada a diario.

Otros elementos a tener en cuenta
Teniendo en cuenta su planteamiento, las ruedas de las bicis plegables son más pequeñas de lo habitual para ocupar menos espacio. Este menor tamaño no representa en términos de conducción urbana un problema en cuanto a velocidad o aceleración, aunque para distancias más largas son más adecuadas las ruedas más grandes. La horquilla de diámetros de las ruedas está entre las 16" y las 20", ganando en compacidad en el primer caso y en estabilidad en el segundo.

En todo caso, hemos de tener en cuenta que con un menor radio la estructura es más fuerte, pero también sentiremos más las imperfecciones del terreno. Puede que el escenario de uso de estas bicis sean las ciudades, pero allí también hay baches. Si además tenemos en cuenta que este tipo de bicis suele carecer de suspensión – y que con los botes sufre el mecanismo de plegado –, ponerle unas cubiertas versátiles con dibujo para mejorar el agarre y la amortiguación es una buena ida.

Las bicis plegables cuentan en su mayoría con cambios para poder ajustarnos al desnivel del terreno. Eso sí, suele tratarse de sistemas con un solo plato y piñones, habida cuenta de su escenario de uso y que un sistema de cambios convencionales con varios platos incrementa el peso de la bici. En todo caso, merece la pena invertir en una transmisión de calidad.

Aunque plegada queremos que sea compactísima, cuando esté desplegada nos interesa que sea una bici cuya experiencia de conducción sea lo más parecida posible a una bici normal de paseo. Es decir, que nos permita estar erguidos y cómodos, con el manillar y el sillín ajustados en función de nuestra altura y con elementos muy útiles para la conducción urbana como parilla, luces, timbre o guardabarros.

¿Y si es eléctrica?
Si además de hacer uso de las marchas, queremos una bici con sistema de pedaleo asistido para que un motor sea el que aporte la fuerza para subir cuestas, nos encontramos esencialmente con la misma problemática y características que a la hora de elegir una bicicleta eléctrica.

Batería
En las especificaciones técnicas de la batería vamos a encontrarnos datos como su capacidad, ciclos de carga y autonomía. Si tenemos claro cuánto vamos a recorrer con ella diariamente, buscaremos modelos que cumplan holgadamente esas cifras teniendo en cuenta que los datos aportados por los fabricantes suelen ser benévolos en el sentido de que las pruebas realizadas buscan dar los los datos más altos.

La ubicación es importante tanto por la distribución del peso de la bicicleta, que se va a ver fuertemente influenciada con este elemento, como por posibles golpes ante baches y caídas. Así, en este tipo de bicicletas vamos a encontrarla en la parrilla, en la zona del cuadro que se encuentra bajo el sillín o bajo el manillar. Que sea extraíble también es importante, ya que nos permite poder retirarla por cuestiones de seguridad cuando está en la calle o para subirla a casa y cargarla cómodamente. Y si no es extraíble, nos interesa que su acceso sea fácil de cara a posibles sustituciones.

Ojo con comprar una bicicleta de importación, ya que la batería podría no contar con las certificaciones de seguridad relativas a las pilas de litio, como IEC 62133, UL 2054, UN38.3 o CE. Recuerda que las bicicletas eléctricas han de estar homologadas.

Motor
Las posiciones más habituales del motor son la rueda o el eje, dos lugares que ofrecen diferentes sensaciones y eficiencia. En los modelos urbanos suele prevalecer su ubicación en la rueda, bien sea en la trasera o en la delantera, logrando en este último lugar una doble tracción originada por el pedaleo manual y el asistido.