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Google Pixel Buds (2020), análisis: toda la potencia de Assistant en tu oído

Después de un primer modelo que apostaba por un diseño "casi" sin cables, Google vuelve a la carga con una nueva versión de sus auriculares inalámbricos y esta vez sí, no hay ni un solo cable. Hablamos, por supuesto, de los nuevos Pixel Buds o Pixel Buds 2020.

Este año Google apuesta por un diseño totalmente inalámbrico, con dos auriculares independientes que se guardan en un estuche que actúa como funda y estación de carga, muy al estilo Airpods de Apple o Samsung Galaxy Buds. Los Pixel Buds acaban de llegar a España y ya han pasado por nuestra mesa de análisis. Os contamos nuestra experiencia

Si nos fijamos únicamente en el auricular, Google mantiene un estilo de diseño muy parecido al del primer modelo. Cuando lo llevamos puesto solamente se ve el círculo blanco con la G grabada. Son bastante compactos y discretos, aunque en negro quizá lo serían más. Aquí es importante aclarar que, pese a que en Estados Unidos y otros países están disponibles en negro, naranja y verde menta, a España solo llegan en color blanco.

Se quedan muy bien ajustados y no se mueven nada, pero (al menos a mí) ese pequeño arco de silicona acaba resultándome incómodo pasado un tiempo.
Para un buen ajuste en el oído tenemos dos elementos: la almohadilla (vienen tres tamaños) y lo que Google llama 'arco estabilizador'. Es una pieza de silicona que hace de anclaje cuando nos colocamos el auricular. La verdad es que se quedan muy bien ajustados, la pega es que, al menos a mí, ese pequeño arco se me clava un poco y pasado un tiempo acaba resultando incómodo. Me pasaba igual con los Gear Icon X de Samsung, cuyo diseño también tiene una especie de pieza de silicona para que el ajuste sea más cerrado.

Como decía, las almohadillas se pueden cambiar (viene montada la talla mediana, pero hay un par más grande y otro más pequeño en la caja), pero el arco estabilizador es el que es y no se puede ajustar de ninguna forma. En un primer momento los auriculares me resultaron cómodos y ligeros, apenas notas que los llevas, pero al rato acaba doliéndome el oído y, aunque el dolor no persiste una vez me los quito, es molesto. Tengo que recalcar que no es algo que suceda a todo el mundo ya que depende de la anatomía de cada uno (los he probado en otras personas que no tuvieron ningún problema), pero si tienes la mala suerte de que te resulten incómodos, no es muy agradable y penaliza la experiencia.

La parte buena de esto es que se ajustan muy bien. No se mueven ni un milímetro cuando estamos haciendo deporte como correr, incluso aunque sudemos un poco (por cierto, son resistentes al agua con protección IPX4).

El diseño del estuche no puede ser más minimalista, todo blanco con la única excepción de la línea negra que queda entre el cuerpo y la tapa. Tiene una forma muy redondeada que hace que sea muy cómodo de sujetar y el acabado mate es muy agradable al tacto. Cabe en cualquier bolsillo y no resulta nada pesado, sólo 67 gramos con los auriculares dentro.

Cuando abrimos el estuche se ilumina un LED en la parte interior, justo entre los auriculares, que nos indica si están cargados (blanco) o cargándose (naranja). El hueco de los auriculares tiene un imán que ayuda a colocarlos en la posición correcta y asegura que no se caigan. Fuera hay otro LED que indica el estado de carga del estuche y parpadea en naranja cuando la carga cae por debajo del 20%.

El hueco de los auriculares tiene un imán que ayuda a colocarlos en la posición correcta y asegura que no se caigan
Como decía, el diseño es muy minimalista y, salvo el USB-C de la parte inferior y el botón de emparejado trasero, no encontramos más elementos en el estuche. El diseño general está muy cuidado, tiene muy buenos acabados y resulta funcional. La única pega, y para mí no es poca cosa, es la incomodidad que provoca ese arco de silicona.

Experiencia de uso: el punto diferencial

La calidad de sonido, la autonomía o el diseño son apartados importantes, pero lo que más destaca en los Pixel Buds es lo que podemos hacer con ellos. Los auriculares tienen una serie de funciones adicionales como los gestos táctiles o acceso al asistente de Google, pero antes veamos como es la sincronización con el smartphone.

Conectando los Pixel Buds al móvil

Los Pixel Buds son compatibles tanto con Android como con iOS, pero en el análisis yo he usado un móvil Android, concretamente un OPPO Find X2 Neo. Emparejarlos con el móvil no puede ser más sencillo, basta con abrir el estuche y aparece una notificación para vincularlos con el móvil. Así de fácil.

Si no estamos usando un móvil Pixel, tendremos que instalar la app Google Pixel Buds desde la tienda (curioso que en iOS no existe dicha app). A partir de aquí el asistente nos llevará durante todo el proceso, mostrando una guía visual para como colocarnos los auriculares o los gestos. Aquí también podemos activar el asistente y otras funciones.

Una vez configurado, en la app de los Pixel Buds podemos ver el nivel de batería del estuche y de cada uno de los auriculares por separado, algo que viene muy bien ya que con las indicaciones de los LED no podemos saber el nivel exacto, sólo cuando queda menos de un 20% (porque empieza a parpadear).

Entre las funciones que podemos controlar desde la app está configurar el Asistente, buscar los auriculares si se pierden (interesante que los podemos hacer sonar por separado), una guía con los controles táctiles, el sonido adaptable que ajusta el volumen en función del sonido ambiente o el detector auricular.

Controles táctiles y otras funciones

Si has usado auriculares con botones, los controles táctiles de los Pixel Buds son muy similares y el manejo resulta muy intuitivo. Por ejemplo, para parar la reproducción o coger una llamada damos un toque, dos toques para pasar de canción o colgar y tres toques para volver a la pista anterior. Para subir y bajar el volumen hay que deslizar hacia delante o hacia atrás.

Señalar que ambos auriculares tienen control táctil, muy bien para diestros o zurdos, y que la detección es muy buena. Alguna vez no entiende bien los toques, pero suele ser debido a que el área táctil es pequeña y se nos va un poco el dedo.

El control táctil es intuitivo y, salvo algún error provocado porque el área táctil es muy pequeña, funciona muy bien.
Pasando a otras funciones, si activamos la detección auricular, en cuanto nos quitamos un auricular se pausa la reproducción sin que tengamos que hacerlo nosotros. Pero además cuando nos volvemos a poner el auricular, se reaunda. Viene bien si estamos escuchando música y alguien nos habla. Podemos parar, responder y después seguir a lo nuestro.

Con el sonido adaptable no he notado un gran efecto. En teoría va ajustando el volumen en función del ruido ambiente, pero parece que solo responde ante cambios muy bruscos de volumen.