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Kobo Nia, análisis: ideal para quien no quiere gastarse más de 100 euros en un libro electrónico

Kobo, la marca de libros electrónicos de Rakuten, se ha hecho popular con sus dispositivos que buscan ser una alternativa a los omnipresentes Kindle. Y ahora, con el escenario de la pandemia, ha lanzado el Nia para atraer a todos aquellos que busquen un dispositivo económico y ligero.

El Kobo Nia no quiere sorprender gracias a alguna característica revolucionaria. Se enfoca en hacer los sacrificios justos y necesarios para llegar a cuantos más bolsillos mejor, así que vamos a ver todo lo que da de sí en nuestro análisis.
Kobo Nia, especificaciones técnicas

El aspecto externo del Kobo Nia es muy parecido a lectores de pasadas generaciones de Kobo, como el Clara HD o el Aura One. Toda la carcasa es de plástico duro, rígido, que resiste muy bien intentos de doblarlo a base de fuerza. La sensación es que sujetas un objeto de plástico, pero al mismo tiempo no percibes que sea algo delicado o de baja calidad.

Lo que sí sorprende y calificaría de mejor ventaja de este Kobo es su peso. Aunque pese sólo 10 gramos menos que el Kindle Paperwhite, la diferencia se nota. Es un lector hecho para que se coja con una sola mano y se pueda usar durante horas sin que se nos canse el brazo.

Los bordes de la pantalla del Kobo Nia son acentuados, pero hay que tener en cuenta el precio del dispositivo. En la parte trasera sigue habiendo el tradicional relieve de pequeños agujeros que suele usar la marca para que así el lector no se nos resbale de las manos. El único botón está en el lateral inferior, y sirve para encender y apagar el Nia. Más que el dedo tenemos que usar nuestra uña que, aunque no es incómodo del todo, hay que acostumbrarse. Una pequeña luz nos indica si el lector está encendido o en reposo. No hay botones para avanzar o retroceder en páginas, pasamos a depender enteramente de la pantalla táctil para ello.

El puerto de carga está justo al lado de ese botón y sigue siendo MicroUSB, cuando estamos en una época donde los puertos USB-C deberían ser casi obligados en cualquier dispositivo por una cuestión de comodidad. La buena noticia es que Kobo incluye un cable de carga con el lector, así que sólo tendremos que añadir un adaptador de carga o un ordenador.

Una carencia que podemos mencionar es que este Kobo Nia no es resistente al agua, de modo que no es un dispositivo para dejarlo sin cuidado encima de la arena de la playa o cerca de un río, lago o baño. Puede que para algunos eso sea un inconveniente importante, pero si eres de los que lee siempre desde casa o viajando en tren o avión no va a representar un problema.

La parte arriesgada del Nia es sin duda la pantalla. Primero, porque 6 pulgadas puede parecer algo pequeño después de ver muchos otros modelos con pantallas más grandes. Segundo, porque su densidad de píxeles es de 212ppp en un mundo donde los 300ppp suelen ser la exigencia para que el texto parezca una impresión de calidad sobre papel.

El resultado de esto no es malo, pero tampoco es brillante. Teniendo en cuenta que la densidad de píxeles del Kindle básico son 167ppp, el Kobo Nia consigue que la experiencia de lectura sea de aprobada, sin más. La definición del texto es de calidad, aunque sí que se nota cierta pixelación de los textos y perdemos ese efecto de trazo perfecto que tenemos en las pantallas de más definición. Aunque insisto: podría ser peor y el resultado final es suficiente.

El Kobo Nia también sacrifica otra función de la que presumen sus hermano mayores: el cambio de temperatura de color de la pantalla dependiendo del ambiente en el que nos encontremos (llamado ComfortLight Pro). En otros análisis de lectores de Kobo siempre he dicho al respecto que es una función que se agradece, aunque sirve más para pantallas LCD que no en pantallas de tinta electrónica donde la vista no queda tan castigada.