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ASUS Zenfone 7 Pro, primeras impresiones: la triple cámara rotatoria no es lo único que promete en el gama alta taiwanés

El año pasado ASUS hizo un movimiento un tanto peculiar con el ASUS Zenfone 6. El dispositivo, más allá de ser un terminal de gama alta, abandonaba la idea del notch y, en su lugar, apostaba por una cámara rotatoria motorizada. Básicamente, en la zona superior tenía un enorme módulo que podíamos girar a placer para sacar una foto de un paisaje o un selfie. Era una idea interesante y para su serie Zenfone 7, ASUS ha seguido esta línea y refinado la receta.

En Xataka ya hemos tenido ocasión de probar durante algunos días el ASUS Zenfone 7 Pro, que es el modelo más potente de los dos presentados hace una semana. Es pronto para hacer un análisis exhaustivo porque solo del motor de la cámara se podrían escribir varias páginas de texto, así que a falta de probarlo en mayor profundidad, he aquí nuestras primeras impresiones del ASUS Zenfone 7 Pro.

Empezamos hablando del apartado estético. Las primeras sensaciones son bastante positivas, sobre todo en lo que a calidad de construcción y materiales se refiere, pero el ASUS Zenfone 7 Pro ya nos ha dejado ver que no va a ser apto ni para todas las manos ni para todos los gustos.

¿Por qué? Porque pesa bastante y es realmente grande. Como podemos ver en la tabla, el ASUS Zenfone 7 Pro tiene un grosor de 9,6 milímetros, 165 milímetros de alto y un peso de 230 gramos, que no está nada mal. Es pesado y en mano se siente como tal, y lo dice alguien que en su día a día usa un smartphone de 190 gramos, que tampoco es que sea precisamente ligero.

Dicho esto, y habiendo dejado claro que es un terminal bastante pesado, la construcción del dispositivo es digna de aplaudir. ASUS ha optado por el cristal, un material que se siente premium en mano y que se agrade. Está protegida por Gorilla Glass y tiene un acabado bastante elegante, con un azul oscuro casi negro y ciertos destellos en tonos verdes. Todo lo que tiene de pesado lo tiene de premium.

Ahora bien, el cristal también tiene sus puntos negativos y el principal es que se queda lleno de huellas cuando lo usamos sin la funda. No es que sea algo dramático, ya que ASUS incluye en la caja dos fundas, una "activa" de color negro y una transparente que podemos usar si así lo queremos. Evidentemente, la funda es compatible con la cámara rotatoria, de la que hablaremos más adelante con más detalle.

Pero antes, procede hacer una mención a que la cámara sobresale bastante, como un milímetro del cuerpo. Eso significa que, posiblemente, sea el principal punto de impacto de golpes contra la mesa. Tocará esperar para comprobar su durabilidad.

Como teléfono grande que es, usarlo con una sola mano es complicado. No son pocas las tareas que van a requerir que sujetemos el dispositivo con dos manos o, en su defecto, que nos acostumbremos a usar la navegación gestual de Android 10. Será algo que abordaremos a fondo en el análisis, pero la primera impresión es que es un móvil grande, pesado y no precisamente delgado.

En cuanto a la pantalla, por el momento no podemos tener quejas, sino más bien todo lo contrario. ASUS ha dejado de lado la tecnología IPS del Zenfone 6 y se ha subido al carro de la tecnología AMOLED, y lo cierto es que el cambio le sienta bien. El panel se ve bien, los colores están bien saturados sin llegar a ser estridentes y no hemos tenido problemas de visualización a plena luz del día. Es una pantalla correcta que, al menos por ahora, no parece que vaya a dar problemas.

Otro cambio importante con respecto al Zenfone 6 es la tasa de refresco. La pantalla del Zenfone 7 Pro tiene 90 Hz de tasa de refresco, por lo que la fluidez de las animaciones, del scroll y de los juegos que están adaptados a estas frecuencias brilla por sí misma. Podemos dejarla en automática, en 60 Hz o en 90 Hz, así que queda a gusto del consumidor. Con todo, yo personalmente soy de los que prefieren dejar los 90 Hz siempre activados para disfrutar de la pantalla al máximo.

Y hablando de cambios, merece mención la Smart Key. El año pasado, ASUS puso en un lateral del Zenfone 6 una tecla que servía para invocar a Google Assistant o hacer acciones, y este año no se ha olvidado de ella, pero a medias. En lugar de ser una tecla dedicada, ahora se encuentra integrada en el lector de huellas lateral que, a su vez, es el botón de inicio. O sea, que el botón de inicio es lector de huellas, botón de inicio y Smart Key.

Para interactuar con este botón tendremos que acostumbrarnos a pulsar una vez para usarlo como botón Home, a pulsar dos veces y/o pulsar y mantener pulsado para invocar a Google Assistant. No es un mecanismo que sea particularmente complicado, pero tampoco es que sea sencillo. Con todo, ahora tiene más opciones que en el modelo anterior y seguramente sea de esas implementaciones que se acaban aprovechando bastante en el día a día.

Rendimiento sin compromisos

Ha llegado un punto en el que hablar del rendimiento de un gama alta es como decir que el cielo es azul. El rendimiento del ASUS Zenfone 7 Pro es el que se podría esperar de un dispositivo que tiene 8 GB de memoria RAM LPDDR5, 256 GB de almacenamiento interno UFS 3.1 y el procesador Snapdragon 865+. ASUS no ha escatimado en componentes para su buque insignia y eso se nota en la experiencia diaria.

El Zenfone 7 Pro abre las aplicaciones muy rápido, es capaz de mantenerlas en segundo plano sin problemas y se comporta como un gama alta premium en todo los aspectos. Tendremos que probarlo más a fondo, aunque durante estos días hemos podido jugar a títulos como 'Teamfight Tactics', 'PUBG' o 'Asphalt 9' y no hemos tenido ni el más mínimo tirón. Lo mismo podemos decir de apps como Instagram, Twitter o YouTube.

Como buen gama alta que es, el ASUS Zenfone 7 Pro no nos ha dado problemas de rendimiento incluso en las apps más pesadas
A esto ayuda ZenUI 7, la capa de personalización de ASUS que corre sobre Android 10. Es muy parecida a Android Puro y, de alguna forma, recuerda a las implementaciones de marcas como Motorola, en el sentido de que se conserva la estética de Android 10, pero se añaden elementos al software como un mejor control de la batería, aplicaciones gemelas, un optimizador de juegos, etc. El software se siente fluido, algo que echamos en falta en el Zenfone 6, aunque quizá también se deba al efecto de la pantalla de 90 Hz.

Ahora que mencionamos la batería, no parece que vaya a ser un problema en el terminal. Tenemos ni más ni menos que 5.000 mAh (de repente cobra sentido el grosor) con carga rápida de 30W. ASUS, como ya hiciera en su modelo de 2019, ha decidido no introducir carga inalámbrica para, según ellos, alargar la vida útil de la batería. Del usuario dependerá poner en una balanza la vida útil y la practicidad y tomar una decisión. Durante estos días nos ha sido fácil alcanzar las ocho horas de pantalla activa, pero daremos un veredicto más rotundo en la review.

Dicho esto, ASUS ha tomado una serie de de decisiones interesantes en lo referente a la batería. La primera es la implementación de un programador que nos permite activar el modo ahorro de energía a partir de y hasta cierta hora. La segunda es la carga lenta, que capa la velocidad de carga para que sea menos rápida y "proteja la batería", y la tercera una carga programada.

¿Qué hace la carga programada? Básicamente, podemos configurar el móvil para que se cargue hasta cierto porcentaje durante una franja de tiempo, por ejemplo, que no se cargue al 100% hasta las 8:00. En lugar de cargarse hasta el 100% y luego cargarse y descargarse continuamente hasta que lo desenchufemos, el dispositivo adaptará la velocidad de carga para que el 100% se alcance cuando nosotros lo hayamos decidido. Es más, esta función se puede sincronizar con el despertador para que el móvil sepa cuándo nos vamos a levantar y esté cargado para entonces.

Pero va más allá, ya que podemos configurar un límite de carga máximo. Digamos que no queremos que el móvil se cargue hasta el 100%, sino que deje de cargarse cuando llegue al 80%. Pues lo podemos hacer directamente desde los ajustes. Es una función bastante práctica de cara a conservar la batería en buen estado porque, como ya hemos dicho en más de una ocasión, lo más recomendable es mantener la carga entre el 20% y el 80%.

Tres cámaras que realmente son seis

Llegamos así al meollo del asunto: las cámaras. ASUS ha mejorado lo que ya hizo con el Zenfone 6 no solo agregando una tercera lente que quizá se echaba en falta anteriormente (un telefoto), sino también optimizando el motor del módulo. En el Zenfone 6 el motor tenía un sistema de micropasos que permitía rotar la cámara de dos en dos grados, pero ahora esa cifra se reduce a 0,5 grados, es decir, que es mucho más precisa.

La cámara se despliega automáticamente cuando la situación lo requiere, como cuando nos hacemos un selfie para las historias de Instagram, pero también lo podemos mover a placer manualmente, ya sea en la propia app de cámara o desde cualquier otra app. Por ejemplo, si hacemos una foto desde WhatsApp, el móvil nos mostrará una opción para mover el módulo al ángulo que queramos, algo que, desde luego, convence de cara al uso del día a día.

Seguramente haya muchas preguntas sobre el módulo y, por supuesto, las responderemos en la review. Por ahora, quedémonos las siguientes ideas:

El módulo hace ruido cuando se mueve, porque al fin y al cabo tiene un motor. No es desagradable ni mucho menos, pero se oye.
Si el teléfono está en el bolsillo o sobre una mesa no se abre. Bajo ningún concepto el móvil fuerza el mecanismo para abrirse si no lo puede hacer con seguridad.
Si el móvil se cae mientras el módulo está abierto, el acelerómetro y el sensor de gravedad lo detectarán y lo cerrarán automáticamente antes de que toque el suelo.
Dicho esto, hablemos de sensores. Tenemos un sensor principal Sony IMX686 de 64 megapíxeles con OIS y EIS, un gran angular de 12 megapíxeles con 113º de campo de visión y un telefoto con zoom óptico de tres aumentos de ocho megapíxeles con OIS. Es capaz de grabar en 8K a 30 FPS y en 4K a 60 FPS y, obviamente, ASUS ha implementado algunas opciones curiosas para aprovechar la cámara rotatoria.

Pero vamos con los resultados. A falta de probar la cámara en diferentes situaciones de luz y de noche, las primeras impresiones con esta Flip Camera mejorada son muy positivas. El sensor de 64 megapíxeles consigue conservar un buen nivel de detalle (recordemos: usa la tecnología Pixel Binning para sacar fotos efectivas de 16 megapíxeles), el HDR es correcto y la gestión de luces altas y sombras es muy buena.

Con el gran angular tenemos la misma experiencia que en otros dispositivos. Es un sensor bastante solvente, al menos cuando la luz acompaña, pero el nivel de detalle en las zonas lejanas se resiente ligeramente. Con todo, el control de distorsión de la lente es muy bueno y la foto global es más que correcta.

El telefoto, por su parte, también nos ha dejado con muy buen sabor de boca. Al ser una lente dedicada podemos ampliar bastante sin perder calidad, conservando los detalles y manteniendo una foto bastante buena. Quizá notamos un HDR algo más agresivo de la cuenta con las sombras, pero es pronto para juzgar el resultado.

Evidentemente, podemos forzar el modo de 64 megapíxeles para conseguir una foto más grande y con una iluminación, a nuestro juicio, algo más apagada. Es un patrón que hemos visto en otros smartphones con cámaras de 108, 64 o 48 megapíxeles, que la tecnología de combinación de píxeles ofrece tan buenos resultados que casi que no es necesario forzar el sensor a la máxima resolución.

Como podéis ver, nuestra experiencia con la cámara del dispositivo ha sido bastante buena, pero lo mejor es que se extrapola por completo a los selfies. La cámara gira 180 grados para mirarnos a la cara y los resultados son exactamente iguales. Podemos acceder al sensor principal, al gran angular y al telefoto, en caso de que consideréis oportuno sacar un plano detalle de vuestras cejas.Pasamos así a hablar del vídeo. Podemos grabar hasta en 8K a 30 FPS o en 4K a 60 FPS, pero si queremos usar el modo HyperSteady, un sistema de estabilización que consigue unos resultados bastante interesantes, solo podremos hacerlo en FullHD a 60 FPS. En el vídeo de más abajo podéis ver cómo rinde con este modo activado. Quizá el nivel de detalle no sea el mejor (habrá que ver las diferencias entre usar este modo y no usarlo), pero no deja de ser cierto que el vídeo está muy bien estabilizado.