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ASUS Zenfone 7 Pro, análisis: la triple cámara rotatoria era una apuesta arriesgada, pero a ASUS no le podría haber salido mejor

Conseguir estirar la pantalla hasta las esquinas y reducir los marcos al máximo. Ese ha sido el objetivo de todos los fabricantes de smartphones desde hace unos años hasta ahora y, para ello, han empleado diferentes técnicas, como el notch, el agujero en la pantalla y el mecanismo pop-up. Luego está ASUS, que tiene otras ideas y que, en lugar de partir la pantalla, prefiere tener una triple cámara rotatoria motorizada. Lo hizo en el ASUS Zenfone 6 y lo ha vuelto a hacer en el ASUS Zenfone 7 Pro, aunque refinando la receta.

El ASUS Zenfone 7 Pro es un dispositivo de gama alta premium que ya hemos tenido ocasión de probar en Xataka. Dimos una opinión preliminar en nuestras primeras impresiones y ahora, una vez lo hemos probado largo y tendido, vamos a proceder con su correspondiente análisis. ¿Cómo se porta el Zenfone 7 Pro en el día a día? ¿Funciona esa cámara rotatoria como alternativa al notch o al agujero en la pantalla? Vamos a verlo, pero spoiler: sí, y bastante.

Empezamos repasando el apartado estético, donde ASUS no ha descuidado nada, salvo el peso y el grosor, que destacan y no para bien. El ASUS Zenfone 7 Pro está hecho de cristal (Gorilla Glass), con unos marcos de aluminio que bordean el chasis. Los laterales están ligeramente curvados, algo que ayuda a que sea más cómodo sujetarlo con la mano, y las esquinas se han redondeado un poquito para evitar que se claven en la palma de la mano. A nivel de construcción, pocas pegas se le pueden poner.

La trasera tiene una acabado en negro brillante con unos reflejos verdes oscuros muy llamativos. Como casi toda trasera hecha de cristal, la del ASUS Zenfone 7 Pro se llena de huellas con solo sujetarlo unos segundos, pero ASUS ha tenido a bien meter dos fundas en la caja: una transparente y una "Activa", de color negro y con un grabado para mejorar la sujeción, pensada para los que hacen deporte. Cualquiera de los dos es buena opción para solucionar el problema de las huellas.

El tacto es premium, aunque quizá no al nivel de otros smartphones de gama alta de otras marcas como Samsung. Se siente cristal en mano y está muy bien, pero la sensación final es de que podría ser mejor. No es malo, insisto, y además es un tema tan subjetivo que dependerá muchísimo de cada usuario. En términos globales es un dispositivo que se siente bien acabado y construido, así que podemos decir que ASUS ha hecho un trabajo casi sobresaliente.

Evidentemente, no podemos dejar de hablar del módulo fotográfico, esa Flip Camera que ASUS introdujo en el Zenfone 6 y que ahora vuelve a hacer acto de presencia en el Zenfone 7 Pro. Vamos a hablar muy detalladamente de ella en el apartado fotográfico, pero en lo que diseño se refiere vamos a quedarnos con la idea de que la cámara sobresale un poquito (suficiente para que se tambalee si lo dejamos sobre una mesa y tocamos los laterales), que hace ruido al rotar y que, con todo, le da un toque muy bonito al smartphone.

Ahora bien, meter este módulo de cámara y la batería de 5.000 mAh requiere ciertos sacrificios en materia de grosor y peso. El ASUS Zenfone 7 Pro tiene un grosor de 9,6 milímetros, bastante alto y notable en mano. Pesa 230 gramos y no voy a decir que canse al estar sujetándolo mucho rato, pero sí se siente pesado, y lo dice alguien que en su día a día usa un móvil de cerca de 200 gramos y al que le gustan los móviles robustos. Todo lo que tiene de bien construido y premium lo tiene de grandote, dicho en pocas palabras.

Si repasamos los cantos, en la parte inferior tenemos el puerto USB tipo C, un micrófono, el altavoz y, ojo, el LED de notificaciones. Entiendo la idea de ASUS de meter un LED para avisar de las notificaciones y de la carga, pero la posición no es la más óptima. La sensación final es que querían tener sí o sí un LED de notificaciones y la única forma de implementarlo sin aumentar el tamaño de los marcos era esa. No molesta, pero tampoco es que sea particularmente útil.

En el canto derecho tenemos el slot para la triple SIM híbrida (incluyendo la bandeja para la microSD, que tampoco es que vaya a ser muy necesaria) y nada más. En el superior tenemos otro micrófono y el mecanismo de la Flip Camera, y en el derecho tres botones que realmente son cinco. ¿Cómo? Sí, tenemos los botones de volumen -a una altura inalcanzable si sujetamos el móvil con una mano- y el botón de inicio que, a su vez, es lector de huellas y Smart Key.

cómoda, fácilmente accesible con el dedo pulgar de la mano derecha o el dedo índice de la mano izquierda. El dedo reposa justo encima del dedo, lo que unido a un sensor que funciona bastante rápido se traduce en una experiencia bastante correcta. El "problema" es que son demasiadas funciones para un solo botón.

Si lo pulsamos una vez hará de botón de inicio; si lo pulsamos dos veces podremos iniciar el asistente de Google, una app (como WhatsApp) o una acción de acceso rápido (abrir un chat de WhatsApp concreto) y si lo pulsamos una vez y mantenemos pulsado apagaremos el móvil, aunque cabe mencionar que todos estos gestos son configurables e incluso se puede desactivar. Es un poco confuso, sobre todo al principio, pero una vez te acostumbras o desactivas los gestos que no quieras usar la cosa cambia.

En definitiva, salvando que es un dispositivo bastante grande y pesado, hasta el punto de llegar a ser algo incómodo de usar con una sola mano, estamos ante un terminal bien construido, que se nota premium en mano y que, seguramente, convenza a los usuarios más aficionados a los smartphones grandes porque, además, la pantalla acompaña.

Pantalla: y qué pantalla

Si le damos la vuelta al ASUS Zenfone 7 veremos su pantalla, que ha crecido un poquito con respecto al ASUS Zenfone 6 y, de paso, ha abandonado la tecnología IPS para apostar por el OLED. En esta ocasión tenemos un panel AMOLED de 6,67 pulgadas que ocupa un 84,2% del frontal, de acuerdo a GSMArena. La pantalla es la absoluta protagonista del frontal, pero lo sería todavía más si ASUS hubiese recortado un poquito más los marcos laterales e inferior. Entiendo que el superior tiene que estar ahí para el altavoz y para darle espacio a la Flip Camera, pero los laterales e inferior podrían haberse aprovechado un poquito más. Con todo, rompo una lanza a favor de ASUS: que los marcos no estén tan bien aprovechados ayuda a que el dispositivo sea más simétrico.

Dicho esto, la experiencia con la pantalla es muy buena. La resolución asciende a FullHD+ (2.400 x 1.080 píxeles), que es más que suficiente para la inmensa mayoría de casos y que se traduce en 395 píxeles por pulgada. En ningún momento hemos echado en falta un panel 2K o 4K, ya que con la resolución FullHD podemos ver películas, vídeos y jugar a cualquier título sin problema. A una distancia prudencial es imposible detectar dientes de sierra o píxeles más sueltos de la cuenta.

Convence, por supuesto, su tasa de refresco de 90 Hz, que sin ser la más alta del mercado sigue marcando la diferencia con respecto a los smartphones convencionales. La tasa de refresco se puede configurar para que sea automática (se cambia a 60 Hz cuando no son necesarios los 90 Hz), para que esté siempre a 90 Hz o para que sea siempre de 60 Hz. Nosotros, para el análisis, la hemos dejado en automático y hemos conseguido una autonomía decente, pero queda al gusto del consumidor. Si me preguntáis a mí, prefiero tener los 90 Hz siempre y disfrutar al máximo del dispositivo. Estos 90 Hz casan muy bien con los 200 Hz de tasa de sampleo, ya que la velocidad de respuesta de la pantalla a los toques es muy alta.

En lo que a calidad se refiere, la pantalla brilla por sí sola. Tenemos los colores y contraste propios de los paneles AMOLED (ASUS asegura que cubre un 110% del espacio de color DCI-P3) y la calibración de fábrica es más que que correcta. Con todo, se pueden modificar la temperatura de color y la saturación desde los ajustes para dejarla más a nuestro gusto. No hemos tenido problemas con los ángulos de visión ni con el brillo máximo/mínimo, que nos permite usar el móvil a plena luz del día o completamente de noche sin forzar la vista.

Un punto a destacar es que se pueden activar y configurar una serie de gestos para controlar la reproducción de música o iniciar un app pantalla apagada. Por ejemplo, deslizando hacia abajo con dos dedos pausamos la música, dibujando un > pasamos a la siguiente canción, haciendo una "W" abrimos WhatsApp... Son pequeñas implementaciones que no molestan lo más mínimo y que se agradece que estén para que el usuario las use si quiere.

Es una de esas pantallas que da gusto a usar para cualquier cosa, amén del tamaño, que no es ato para todo tipo de manos. Durante nuestras pruebas, el tamaño ha sido uno de los principales obstáculos que nos hemos encontrado al usar el smartphone, ya que un panel tan grande es bastante difícil de controlar con una sola mano. Aún así, ASUS ha creado un "modo de una mano" que reduce el tamaño de la interfaz y nos permite controlarla mejor, pero la experiencia es, vamos a decir, mejorable.

Sonido: mejorable, sin más

Una buena pantalla siempre luce mejor cuando el sonido acompaña, pero desgraciadamente en este apartado hay que pegarle un tirón de orejas a ASUS. El dispositivo tiene dos altavoces estéreo, pero el principal protagonista es el inferior. Está ubicado a la derecha del USB tipo C y, desgraciadamente, 1) se tapa con mucha facilidad al sujetar el móvil en horizontal y 2) no suena tan bien como nos habría gustado.

¿Es suficiente para echar una partida, escuchar música y podcasts o ver una peli de vez en cuando? Sin duda, pero en cuanto subimos el volumen más de la cuenta, digamos por encima del 70%, empieza a saturarse, a perder pegada y, en pocas palabras, a no convencer y a sonar enlatado. ¿Solución? Unos auriculares inalámbricos, porque ASUS ha decidido que no hay espacio suficiente en los 9,6 milímetros de grosor para meter un puerto jack de 3,5 mm. El ASUS Zenfone 6 era más delgado (8,6 mm) y sí lo llevaba, como dato a tener en contemplar.

Rendimiento: que no haya noticias es una buena noticia

Lo dijimos en las primeras impresiones y lo decimos de nuevo en el análisis: decir que un gama alta Android funciona a las mil maravillas es como decir que la nieve está fría. Hay excepciones, por supuesto, porque la tecnología no es perfecta y algunas veces falla, pero el ASUS Zenfone 7 Pro no es el caso. ASUS no ha escatimado ni lo más mínimo a la hora de elegir los componentes del motor de su nuevo buque insignia y se nota muchísimo en el día a día.

El ASUS Zenfone 7 Pro monta el procesador Snapdragon 865+, que es lo último que Qualcomm ha sacado del horno. Es un procesador un 10% más potente que el Snapdragon 865, así que sobra decir que palabras como "lag", "tirones" o "lentitud" no se van a pronunciar cuando hablemos de este smartphone. El dispositivo es capaz de ofrecer un rendimiento sobresaliente en cualquier tarea, por pesada que sea, y en cualquier juego, a costa de subir un poquito la temperatura por la zona central. Nada grave y, de hecho, es achacable al calor propio de Córdoba por estas fechas.

Junto al procesador encontramos 8 GB de memoria RAM LPDDR5, que es la tecnología más rápida que se despacha ahora mismo en smartphones, y 256 GB de almacenamiento interno UFS 3.1, que también es la memoria más rápida. Esto, en términos mundanos, significa que la apertura de las aplicaciones es casi instantánea, que se pueden mantener en la multitarea sin ningún tipo de problema y que no nos vamos a quedar sin almacenamiento interno en mucho tiempo. Y si fuera el caso, siempre se puede introducir una tarjeta microSD y listo.Pasamos a hablar de la biometría, donde hay tela que cortar. El Zenfone 7 Pro nos ofrece dos opciones: lector de huellas lateral o reconocimiento facial. Efectivamente, como os podréis imaginar, para usar el desbloqueo facial la cámara tiene que rotar por completo, mirarnos y volver a su posición, por lo que es bastante lento. Tanto que entre que desbloqueamos la pantalla, deslizamos hacia arriba, la cámara rota, nos detecta y el móvil se desbloquea pasan cerca de cuatro segundos.

El reconocimiento facial funciona bien, en tanto que nos reconoce a una velocidad asombrosa (cuando hay buena luz), pero acaba pasando por completo a un segundo plano debido al mecanismo. Está bien tenerlo para cuando tengamos las manos mojadas o sucias, sin duda, pero en el día a día lo más normal es usar el lector de huellas por una cuestión de comodidad. Por si alguno se lo pregunta, si tenemos el teléfono sobre una mesa e intentamos usar el desbloqueo facial, el módulo no se desplegará, es decir, que el móvil no fuerza el módulo, algo que tranquiliza de cara a la seguridad.

En cuanto al sensor de huellas, funciona realmente bien y rápido, hasta el punto de que basta con rozar el sensor con el dedo para que la pantalla se desbloquee. El "problema" es que funciona tan bien que si solo queremos desbloquear la pantalla para ver las notificaciones en la pantalla de bloqueo no vamos a poder hacerlo pulsando el botón de inicio. La solución es ir a los ajustes y activar el doble toque para despertar y encender, que es una opción bastante práctica y que salva la papeleta por completo.

Software: tocar poco y tocar bien
Asus Zenfone 7 Pro 8
Cuando analizamos el ASUS Zenfone 6 nos encontramos con un terminal cuyo sistema operativo era poco estable y presentaba algún que otro fallo. ASUS ha tomado buena nota de estos errores y ha tomado cartas en el asunto para su ASUS Zenfone 7 Pro, que no solo no ha presentado ningún problema, sino que además se ha actualizado un buen puñado de veces durante los días que lo hemos tenido con nosotros.

ASUS ha lanzado su Zenfone 7 Pro con Android 10 de fábrica, pero lo ha "maquillado" un poquito con Zen UI 7, la nueva versión de su capa de personalización. Decimos "un poquito" porque la estética sigue siendo muy similar a Android Puro en esencia, aunque la firma taiwanesa ha metido algo la mano para añadir funciones adicionales. La idea de ASUS es muy parecida a la de Motorola: una experiencia similar a Android Puro y unos añadidos escondidos en una app o acceso directo en los ajustes que el usuario puede usar o ignorar por completo.

Interfaz
¿Y eso en qué se traduce? En un sistema operativo limpio que funciona perfectamente. Todas las animaciones son fluidas, la transición entre apps no tiene tirones... Evidentemente, no podemos olvidarnos de que bajo el capó del móvil hay un motor de gama alta hecho y derecho, pero hay otros smartphones de gama alta que, incluso teniendo estas características, siguen arrastrándose un poco debido a la personalización agresiva o el bloatware. En el caso del Zenfone 7 Pro la experiencia no podría ser más correcta.

Zen UI 7 se puede personalizar muchísimo a través de los ajustes. Por ejemplo, el software nos deja cambiar el estilo de los iconos, la paleta de color de los accesos rápidos y hasta la tipografía. Por poder, podemos cambiar hasta los botones que aparecen en el menú de apagado. En cuanto a opciones más avanzadas, tenemos un administrador móvil para liberar la memoria RAM o gestionar el almacenamiento, un clonador de apps, el sistema de gestos que mencionábamos anteriormente, grabadora de pantalla y OptiFlex, un sistema que aprende de nuestro uso para saber qué apps usamos más y menos y lanzarlas más rápido o ponerlas en reposo.

Personalizacion
Sea como fuere, lo más interesante del Zenfone 7 Pro es la Smart Key, que ya sabemos que está en el botón de inicio a.k.a. el lector de huellas. Cuando analizamos el ASUS Zenfone 6 dijimos lo siguiente: "no podemos configurar la tecla para que al darle dos toques se abra WhatsApp o Twitter, sino que tenemos que elegir entre algunas de las opciones predeterminadas [...] Puestos a añadir una tecla inteligente como esta, habría agradecido poder configurarla a placer, lo que le daría un plus de utilidad". Pues eso es exactamente lo que ha hecho ASUS.

Si en el anterior modelo la tecla estaba demasiado capada, en su nuevo smartphone se puede hacer de todo con ella. La tecla tiene dos gestos: tocar dos veces o pulsar y mantener. Cada gesto se puede personalizar para que inicie Google Assistant o haga una acción personalizada (abrir una app o lanzar una función rápida). Por ejemplo, podemos configurarla para que al dar dos toques lance WhatsApp o, mejor aún, un chat de WhatsApp en concreto. Lo mismo se aplica a Twitter, Instagram y todas las apps con accesos rápidos. Ahora sí que se puede explotar perfectamente y es lo que tendría que haber sido en el ASUS Zenfone 6, así que minipunto para ASUS.

Smart Key
En definitiva: sin ser el software más completo en opciones, sobre todo si comparamos Zen UI 7 con otras capas como MIUI 12, EMUI 10 o ColorOS, la ROM de ASUS es bastante completa, fácil de usar e intuitiva. No tiene grandes alardes (salvo Smart Key), pero tampoco tiene grandes defectos ni problemas de rendimiento. Como todo, esto en última instancia depende del usuario, pero apostar por una estética similar a Android Puro es una apuesta segura y ASUS lo ha entendido perfectamente.

Batería: no destaca en autonomía, pero sí en funciones
Asus Zenfone 7 Pro 24
Antes de pasar a hablar de la fotografía, vamos a pararnos un momento hablar de la batería. El ASUS Zenfone 7 nos ofrece una batería de 5.000 mAh, que no está nada mal y que explica el grosor del dispositivo. Con ella, el terminal ha sido capaz de ofrecernos unas ocho horas de pantalla activa de media, una cifra que no lo empuja hasta lo más alto del top pero que tampoco lo deja en la parte baja. Sin ser la autonomía más alta del mercado, ha sido más que suficiente para aguantar un día de uso intensivo.

En lo referente a la carga, ASUS se ha olvidado de la carga inalámbrica esgrimiendo que es perjudicial para la batería, aunque desde mi punto de vista lo ideal habría sido implementarla y dejar en manos del usuario la decisión de usarla o no. Más allá de eso, el terminal se carga mediante un puerto USB tipo C y ponerlo de cero a cien toma alrededor de una hora y media, tardando algo menos de una hora en alcanzar el 70%. La carga rápida de 30W se puede aprovechar gracias al cargador incluido en la caja, aunque eso sí, el dispositivo no tarda en calentarse más de la cuenta.

Bateria
En otro contexto acabaríamos aquí este apartado, pero ASUS ha introducido una serie de mejoras vía software para el proceso de carga. Podremos programar el modo de ahorro de batería para que se active solo cuando alcance baje al 15%, establecer diferentes modos de batería (equilibrio, alto rendimiento, superahorro y dos personalizados) y, sin lugar a dudas, la más llamativa: limitar la carga máxima y programar el tiempo de carga.

El móvil nos permite "capar" la carga máxima al 80% o 90%, de forma que no se carga por completo. Ya sabéis que en Xataka recomendamos mantener la carga entre el 20% y el 80%, así que esta medida es más que bienvenida. Nosotros para el análisis no hemos capado la carga para poder exprimir al máximo la batería, pero sí queremos dejar claro que la opción está disponible. Si optamos por capar la carga máxima al 80%, el icono de la batería nos mostrará que está cargada al 100%, pero realmente está cargada al 80%.

A eso hemos de sumarle la opción "Carga lenta", que reduce la velocidad de carga, y la programación. Podemos configurar el dispositivo para que la batería se cargue de forma dinámica, evitando así que se cargue al 100% a mitad de la noche y se esté cargando y descargando constantemente hasta que lo desenchufemos.

En su lugar, podemos establecer una hora para que el dispositivo sepa que a esa hora, y no antes, tiene que estar al 100% (o menos, según lo hayamos configurado), y adapte la velocidad de carga. Este proceso se puede hacer manual, aunque lo más interesante es integrarlo con la app "Reloj" de ASUS, para que el teléfono sepa que a las 8:30 (o cuando tengamos puesta la alarma) tiene que estar completamente cargado.

Cámara: tres lentes que en realidad son seis

Hasta este punto del análisis habéis leído unas 4.600 palabras. Pues bien, se podrían escribir otras 4.600 hablando solo del mecanismo de la Flip Camera. Es, sin duda, una de las joyas de la corona de ASUS, al menos en el terreno móvil. Lo era en el Zenfone 6 y ahora en Zenfone 7 Pro lo vuelve a ser, pero todavía más. En el ASUS Zenfone 6 nos gustó mucho la idea y para su nuevo terminal ASUS ha refinado la receta y lo ha hecho el doble de resistente (hasta 200.000 rotaciones, equivalente a 200 rotaciones al día durante cinco años, asegura la empresa), un 40% más pequeño y mucho más preciso.

El ASUS Zenfone 6 tenía un mecanismo que permitía rotar la cámara en micropasos de dos milímetros, pero ASUS ha mejorado el engranaje para que el salto en su nuevo modelo sea de 0,5 milímetros. ¿Qué quiere decir eso? Que ahora tenemos más margen de maniobra para poner el módulo en la posición que queramos. Porque no, el módulo no tiene dos posiciones (detrás o mirando de frente), sino que lo podemos angular como nos de la gana desde cualquier app, ya que ASUS ha implementado en el software un controlador que nos permite mover la cámara en cualquier app que use la cámara, como Instagram o WhatsApp.