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Xiaomi Mi 10T Pro, análisis: esta experiencia por tan sólo 600 euros es un golpe en la mesa de la gama alta de 2020

Hubo tres Mi (internacionales) y ha habido tres Mi 10T, buscando ofrecer los 5G con mejor relación calidad-precio. El más completo de ellos es el que ocupa este artículo, ya que en el análisis del Xiaomi Mi 10T Pro probamos a fondo el nuevo buque insignia de la marca.

Como ya vimos en la presentación., los Mi 10T y Mi 10T Pro son parecidísimos, diferenciándose básicamente a nivel de fotografía. El Mi 10T Pro mantiene el sensor de 108 megapíxeles que estamos viendo desde el Xiaomi Mi Note 10, aunque veremos que aquí, al menos estéticamente, es mucho más protagonista.

Ficha del Xiaomi Mi 10T Pro

Diseño: el mate no llegó para quedarse y Xiaomi no abandona el charol
Del Xiaomi Mi 10T Pro ya pudimos hacer una [toma de contacto](https://www.xataka.com/analisis/xiaomi-mi-10t-pro-opiniones-toma-contacto-video-fotos en la que vimos que la trasera heredaba casi más del Xiaomi Mi 9 o Xiaomi Mi 9T Pro en cuanto a la trasera, ya que el brillo y los reflejos han sido la elección, a diferencia del mate del Xiaomi Mi 10 Pro.

La trasera es, literalmente, un espejo. Algo que puede gustar más o menos, pero lo que echamos en falta es un buen revestimiento oleofóbico porque las huellas y el polvo quedan con mucha facilidad. Eso sí, se entrega una funda con el móvil que lo salva de esto si no nos importa renunciar a ese acabado elegante del cristal en brillo.

La para trasera tiene los anagramas que corresponden, entre ellos la marca y el 5G, pero el verdadero protagonista es el gran módulo de cámaras traseras que corona esta superficie en la esquina superior izquierda. Una protuberancia que deja atrás el diseño alargado tipo semáforo de sus antecesores para parecerse algo más al Xiaomi Mi 10 Ultra y que el sensor principal destaque, casi más por marcos que por el tamaño propio de la lente (que también tiene mayor diámetro que las otras).

Sobresale mucho y crea cierto balanceo si usamos el móvil apoyado en la mesa, aunque en esto la funda también puede ser un mínimo remedio. El mismo acabado en espejo de la trasera se lo lleva el borde, que adelgaza un poco en los lados para encajar la ligera curva de la parte trasera, y que integra el USB, la bandeja de la SIM y el altavoz principal en la base (no alineados) y los botones físicos y el lector en el lado izquierdo.

Los botones tiene buena pulsación y el lector de huellas está bien ubicado, y en general el móvil es cómodo. Veremos que es de los más pesados y voluminosos de esta selección en los que hay incluso móviles gaming (normalmente más grandes) como el Black Shark 3 Pro o el Nubia Red Magic 5G, aunque también es de los que integra una batería más grande.

En mano, además de cómodo, transmite la sensación de resistencia y de buena construcción. Las distintas partes están bien unidas (incluyendo el frontal) y lo único que podemos reprochar es que se ensucie tan fácilmente y que en el rincón que crea el saliente de las cámaras traseras quede polvo con facilidad.

Hablando del frontal, la pantalla se integra como si el borde de metal fuese su molde, de manera que el auricular/altavoz asoma de manera muy discreta y no se ve a primera vista. La cámara subjetiva está integrada con un agujero, y como ahora veremos en detalle los marcos son bastante delgados, aunque queda la habitual barbilla en el inferior.

Pantalla: los 144 Hz adaptables le dan puntos de más
La evolución en pantallas en general puede llegar a ser relativa, según cómo valoremos cada aspecto en nuestra experiencia, pero los números y el rendimiento nos indican que también hay ciertos parámetros más objetivos que al fin y al cabo se traducen (o deberían) en una mejor sensación al uso. Lo decimos porque las pantallas OLED han ido ganando terreno al evolucionar y permitir menor consumos, grosor y mucho juego con las formas, pero el IPS aún se hace hueco en 2020 y en la gama alta.

Lo vemos en estos Xiaomi Mi 10T, que en su configuración han hecho un paréntesis con respecto a los Mi 10 (todos) y han incluido un panel IPS, que en el Mi 10T Pro se trata de una pantalla de 6,67 pulgadas con resolución FullHD+ de 1.080 x 2.400 píxeles y un aspecto ratio de 20:9. Dejando a un lado el tipo de tecnología, se trata de una apuesta modesta tratándose de un móvil que queda como el segundo de los buques insignia de la marca en 2020 (tercero si contamos el Mi 10T Ultra), quedando además una densidad de 395 píxeles por pulgada.

Teniendo buenos ángulos de visión, saturación de sobra y buen contraste, el IPS está a la altura y más allá de otras consideraciones técnicas no es algo que vaya a afectar a nuestra experiencia. Pero sí que nos hubiese gustado ver una pantalla de mayor densidad, al menos más competitiva, si bien tampoco echamos en falta detalle.

El brillo máximo es más que suficiente para ver bien el contenido en la calle cuando más da el sol, que son unos 650 nits (según Xiaomi). Además, el ajuste de brillo automático suele trabajar bien con los cambios de iluminación.

Con 90 Hz tenemos también buena experiencia, pero aún así vale la pena subir a 144 Hz
Además, hay algo que hace que se lo podamos perdonar: la tasa de refresco a 144 Hz y su ajuste adaptable. Tras más días de uso (y a fondo) mantenemos las sensaciones tras las primeras impresiones: pese a que la tasa de refresco pueda ser menor a momentos para reducir el consumo de batería, dejarla en este tope es lo que compensa. Con 90 Hz tenemos también buena experiencia (y son más bien pocos los juegos que soportan 144 Hz), pero aún así vale la pena subir a 144 Hz.

Hablando de esto, veremos que en los ajustes de pantalla encontraremos una sección para elegir entre 60, 90 y 144 Hz de máximo refresco, en principio con la función AdaptSync que varía entre 30, 48, 50, 60, 90, 120 y 144 Hz según el uso (para disminuir el consumo energético). En el apartado de autonomía ampliaremos información sobre si tiene o no impacto sobre ella el tener una u otra opción, pero en cuanto a experiencia reiteramos: merece la pena dejar los 144 Hz.

En los ajustes de pantalla también encontraremos la posibilidad de elegir el esquema de colores y/o la temperatura. Como decíamos antes, pese a ser IPS el grado de saturación del color es alto y resulta más equilibrado elegir la opción de color natural (y ajustar la temperatura a algo más fría) o bien seleccionar el perfil sRGB en los ajustes avanzados, aunque en ese caso no podremos cambiar la temperatura.En cuanto a la sensibilidad táctil no hemos detectado ningún problema, tratándose por cierto de una pantalla plana y sin curvatura a los lados. Además, si vamos al apartado de Pantalla de bloqueo podremos configurar el doble toque o el levantar para activar pantalla, que pueden ayudar a mejorar la interacción con ella (también de cara a usar reconocimiento facial).

También podremos ajustar la desaparición de los botones de navegación según la app que queramos, o bien cambiarlos por gestos. Para ello tendremos que ir al apartado “Reproducir en pantalla completa”, que está dentro de ajustes adicionales (de lo menos intuitivo que seguimos viendo en MIUI).

Hablando de aprovechar la superficie de la pantalla, el agujero para la cámara es bastante pequeño (3,65 milímetros). Gracias a ello la barra de herramientas no es de las más anchas quedando en 5,65 milímetros, aunque no logran la reducción de récord que hasta ahora hemos visto en los Samsung Galaxy (4,58 milímetros).En todo caso, el agujero en pantalla no molesta en el día a día tanto a nivel visual como en la interfaz, pudiendo teclear o jugar sin problemas y sin que interfiera en los elementos.

Rendimiento: la guinda del 5G para acompañar la potencia de sobra
En la tríada de los Mi 10T los dos de gama alta están a igualdad de condiciones en procesador y conectividad: los dos van con el Snapdragon 865 y el módem 5G para dicha conexión. Pero sólo el Pro dispone de opción de 256 GB de almacenamiento (UFS 3.1) y los dos modelos van con 8 GB de RAM (para este análisis hemos probado el de 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento).

Hemos estado probando con las tareas más habituales, especialmente con juegos aprovechando la alta tasa de refresco, y el Xiaomi Mi 10T Pro puede con todo sin titubear. La fluidez es una constante desde el primer momento y tanto las apps sencillas como las que más carga gráfica tienen se desenvuelven con absoluta normalidad y sin signos de potencia insuficiente.

Otro dato positivo es que no notamos que se caliente apenas. Tanto a nivel de percepción táctil como en las cifras que nos han mostrado las apps de monitorización, la temperatura era normal y como mucho se podía notar un ligero aumento en juegos como ‘Real Racing 3’.Para quienes tomáis los benchmarks como referencia, os dejamos aquí los valores obtenido a los tests que solemos hacer. Eso sí, 3D Mark no nos ha funcionado y actualizaremos el resultado en cuanto lo podamos realizar (en MIUI ya nos había dado algún problema previo, pero siempre lo habíamos podido pasar).