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Motorola Moto G9 Plus, análisis: el verdadero 'plus' no es el tamaño, es la autonomía

El teléfono que llegó para revolucionar la gama media allá por 2013 ya es todo un anciano y es que ya son nueve (sí, nueve) las generaciones de la familia Moto G, que se dice pronto. Eso sí, en esta generación ha ocurrido algo poco habitual, y es que por el momento solamente se han anunciado el Moto G9 Plus y el Moto G9 Play, el Moto G9 a secas sigue sin asomar la patita.

Pero vamos a lo que nos ocupa, que es el análisis del modelo más avanzado de esta nueva gama: el Moto G9 Plus. Motorola ha apostado por un perfil técnico que se enmarca en la gama media, pero que apuesta por puntos fuertes como el procesador Snapdragon 730G o una enorme batería de 5.000 mAh de capacidad. Veamos como se comporta el Moto G9 Plus en un análisis a fondo.

Siendo una gama tan longeva, es lógico que el diseño de los Moto G haya evolucionado mucho desde sus inicios. Sin embargo, la evolución ha sido muy gradual y Motorola ha conseguido mantener una imagen reconocible, aunque ya poco queda de los primeros modelos. La llegada de tendencias como la reducción de marcos o los módulos de cámara cuadrados han cambiado bastante el estilo de generaciones recientes.

El Moto G9 Plus destaca por contar con una trasera brillante que se aleja de la última moda de los acabados mate. Las huellas se quedan bastante marcadas, pero a cambio es mucho menos resbaladizo y nos da un grip más seguro. Además, los bordes redondeados ayudan a mejorar la ergonomía, tanto si lo sujetamos en vertical como en horizontal.

A la moda que sí se ha sumado Motorola es la de los módulo de cámara grandes. A su favor: no sobresale apenas y el tono azul lo disimula bastante.
A la moda que sí se ha sumado Motorola es la de los módulo de cámara grandes. En este caso tenemos un módulo rectangular, con bordes redondeados y el mismo acabado azul brillante que la trasera. Esto hace que el efecto visual no sea tan "pegote". Además, no sobresale mucho del chasis y lo poco que lo hace se solventa con la funda de silicona que viene incluida en la caja.

Pasamos al frontal y aquí nos encontramos un buen aprovechamiento, aunque no precisamente "extremo". El Moto G9 Plus tiene los marcos laterales bastante finos, pero el superior, y sobre todo el inferior, son más anchos. Esta irregularidad en los marcos hace que el efecto 'todo pantalla' sea menos pronunciado, pero el agujero en pantalla lo compensa. Es pequeño y discreto, aunque no está perfectamente alineado con la esquina del panel, un detalle no apto para tiquismiquis.

Pese a que los marcos no son lo más ajustados que nos gustaría, el trabajo de compactación está ahí y el tamaño total está bastante contenido, siempre teniendo en cuenta que tenemos una pantalla de 6,8 pulgadas, que no es precisamente compacta. Además, la batería de 5.000 mAh hace que el grosor total suba y, por tanto, también lo hace el peso, que se queda en 223 gramos, pero veamos como queda con otros terminales de dimensiones similares.

En la tabla vemos que está en la línea de otros terminales con cifras de pantalla y batería similares, como por ejemplo el POCO X3 o el Huawei P Smart 2021, aunque se adelanta en peso porque es el que tiene la pantalla más grande. La conclusión es que el Moto G9 Plus no es un móvil compacto ni tampoco ligero, pero a cambio tenemos una batería de 5.000 mAh.

El Moto G9 Plus no es un móvil compacto ni tampoco ligero, pero a cambio tenemos una batería de 5.000 mAh.
Los botones físicos están en el lateral derecho y la tecla de encendido/lector de huellas justo debajo. La ubicación del sensor es correcta y fácilmente accesible con el pulgar o el índice según con la mano que lo sujetemos, pero las teclas de volumen quedan algo altas. En el lateral izquierdo hay un botón físico para lanzar el asistente de Google (el cual por cierto no podemos configurar para que haga más acciones) y justo encima la bandeja SIM/MicroSD. En el borde inferior están el USB-C y el altavoz y en el superior el minijack.

Pantalla: grande, brillante

Haciendo honor a su apellido 'Plus', Motorola nos trae una pantalla de tamaño bastante generoso. Como decíamos, tenemos 6,8 pulgadas en diagonal, resolución FullHD+ y un ratio 20:9. Esto, junto con los marcos superior e inferior más anchos hace que el dispositivo sea bastante alargado, aunque tampoco llega a los 21:9 de otros modelos de la marca.

Con esta combinación de tamaño y resolución, la densidad resultante es de 386 puntos por pulgada, más que de sobra para que la nitidez no sea un problema. El panel también satisface en cuanto a nivel de brillo, aunque el ajuste de brillo automático no siempre responde todo lo rápido que nos gustaría y en alguna ocasión es necesario hacerlo a mano (sobre todo cuando toca bajarlo).

La pantalla viene configurada por defecto en el modo de colores saturados que, como su propio nombre indica, ofrece unos tonos más vivos y quizá algo pasados. El modo de colores mejorados es el más equilibrado ya que la paleta de color es vibrante pero sin llegar a resultar excesiva. Lo malo es que si prefieres un ajuste más personalizado no lo vas a encontrar ya que estos son los únicos ajustes disponibles en cuanto a colorimetría.

Sí tenemos otras opciones relacionadas con la pantalla como la 'Pantalla inteligente', una función que nos permite ver las notificaciones que tenemos pendientes sin desbloquear el móvil. Para ello hay que mantener pulsado el icono de la notificación que nos interese y ésta se despliega en la pantalla de bloqueo. Si nos preocupa la privacidad se puede configurar para que no se vea el contenido de las notificaciones. Por último está 'Pantalla atenta' que mantiene la pantalla encendida mientras detecta que la estamos mirando.

Sonido: potencia sin sonido estéreo

Aunque tengamos el apellido 'plus', el último smartphone de Motorola sigue siendo un gama media y esto lo vemos reflejado en detalles como la ausencia de altavoces estéreo, algo habitual en su rango de precio. En este caso nos encontramos con un único altavoz en la parte inferior, junto al USB-C y ofrece un sonido muy potente si lo llevamos al máximo, pero conteniendo bastante bien la distorsión. Como era de esperar, los graves son el punto débil pero en general es un sonido muy equilibrado. Lo malo es que si tapamos el altavoz con la mano al sujetarlo en horizontal, el sonido casi desaparece.

En ajustes tenemos la opción 'Efectos de sonido', donde podemos activar distintos perfiles si queremos potenciar graves o todo lo contrario. No tenemos opción de aplicar un ajuste personalizado, pero hay cinco ajustes disponibles que nos dan un rango de opciones bastante amplio. Otra opción relativa al sonido es la que nos permite usar los botones de volumen como control multimedia para pasar de canción cuando el móvil está bloqueado. Viene bien si lo usamos a modo de altavoz bluetooth para escuchar música, aunque con auriculares no la he usado ya que la mayoría tienen su propio control multimedia.

El Moto G9 Plus nos recuerda su estatus de gama media con la integración del minijack, un conector que ya podemos dar por extinguido en las gamas altas.
Hablando de auriculares, el Moto G9 Plus también nos recuerda su estatus de gama media con la integración del minijack, un conector que ya podemos dar por extinguido en las gamas altas. Eso sí, el conector está en el borde superior y no el inferior como suele ser lo habitual.

Rendimiento: sin prisa, pero sin pausa

El motor elegido para este modelo es un Snapdragon 730G, un chip enfocado a la gama media que pone especial acento en el 'gaming', de ahí la G en su nombre. Le acompaña una GPU Adreno 618 y 4 GB de memoria RAM. En la práctica, esta combinación nos da un rendimiento más que de sobra para las tareas del día a día, e incluso se atreve a mover juegos más exigentes sin mayor problema ni calentamiento alarmante.

El procesador nos da un rendimiento más que de sobra para las tareas del día a día, aunque hay momentos en los que se le ven las costuras como al tirar de multitarea o con la app de cámara.
Sin embargo, hay momentos en los que se le ven las costuras y hay tareas que le llevan más tiempo del esperado. Por ejemplo, cuando pulsamos en una notificación, a veces tarda hasta dos o tres segundos en llevarnos a la aplicación. El procesado de las fotos es otro punto débil y que falla constantemente: hacemos tres o cuatro fotos, pulsamos en el icono de la galería para verlas y solamente aparece una, además de que está procesando y no nos deja verla correctamente. Es algo que sucede constantemente y resulta bastante engorroso, aunque aquí también hay que responsabilizar al software. Os dejamos los resultados de los principales benchmarks:

Con respecto a la biometría, tenemos el lector de huellas en el lateral y también desbloqueo facial. El lector es rápido y preciso, aunque la ubicación no es del todo cómoda en según que situaciones (al tenerlo sobre la mesa, dependiendo de con qué mano lo alcancemos), pero añadiendo las huellas de los dos pulgares y los índices tenemos más opciones. El desbloqueo facial también funciona muy bien y la opción de 'levantar y desbloquear' resulta muy cómoda. La pega es que no funciona con poca luz y también se suele trabar si llevamos gafas puestas.

Autonomía: no te quedarás sin bateríaCada vez son más los gama media que apuestan por baterías de gran capacidad y Motorola se ha subido al carro. Decíamos en el apartado del diseño que el Moto G9 Plus es un terminal con un grosor y peso considerables, pero tiene una justificación y es que la batería tiene nada menos que 5.000 mAh.

Durante la prueba no ha habido ningún momento en el que hayamos necesitado repostar antes de acabar la jornada. De hecho, estirar la carga día y medio ha sido lo habitual, incluso a veces llegando a los dos días sin visitar el enchufe. En las capturas se pueden ver dos ciclos de carga en los que se ha alcanzado el mismo tiempo de pantalla encendida: 8 horas y 11 minutos. La diferencia es que en el primero le dimos un uso más intensivo y la duración total fue de 28 horas, mientras que en el segundo el uso fue más moderado y no tuvimos que cargar el móvil en 38 horas.

En la caja tenemos un cargador de 30 W que nos permite alcanzar el 100% de carga en 1 hora y 40 minutos, que no está nada mal para tratarse de una batería tan grande. Además, la primera mitad de la carga es mucho más ágil, llegando al 50% en tan sólo 30 minutos y un 25% si sólo tenemos 10 minutos.

Software: Android puro con pocos toques, pero muy prácticos

Desde los inicios de la gama Moto G, la apuesta en el software ha huido de personalizaciones muy marcadas. Tenemos el diseño clásico de Android stock, sin bloatware más allá de la aplicación de Motorola y el widget circular presidiendo la pantalla principal.

Icono en el escritorio y botón físico: es como si el Moto G9 Plus nos estuviera insistiendo constantemente en que hay un asistente y que deberíamos usarlo.
En esta generación, además, por defecto viene con un icono de acceso directo a Assistant en el dock, justo en el centro. Por si fuera poco, este modelo también viene con un botón físico en el lateral izquierdo para lanzar el asistente (que como decíamos no podemos configurar para otra tarea), pero además tenemos la opción de hacerlo directamente con la voz. Parece como si el Moto G9 Plus nos estuviera insistiendo constantemente en que hay un asistente y que deberíamos usarlo.

Entre las opciones que Motorola nos ofrece en la aplicación propia tenemos la personalización, que es igual que la que vimos en el Pixel Launcher y con los que podemos elegir el color de acento, la tipografía, forma de los iconos y grid de inicio.

Las demás funciones incluidas en esta app son los gestos (más bien movimientos) ya clásicos de Motorola. Por ejemplo podemos activar la linterna agitando dos veces el móvil o silenciarlo al ponerlo bocabajo. Además, Motorola incluye otra función adicional para los juegos llamada Gametime. Cuando abrimos un juego aparece una especie de botón flotante que nos da acceso a herramientas como las capturas de pantalla, accesos directos a ciertas apps o silenciar las notificaciones para que nada nos interrumpa.

Cámaras: el talón de AquilesLo de las cámaras múltiples ya es algo habitual en gamas medias y el Moto G9 Plus es una prueba de ello. Sin embargo, como tantas veces, tenemos dos sensores que tienen un mayor peso y otros dos cuya aplicación es menos práctica. Veamos qué nos ofrece Motorola:

Cámara principal: sensor de 64 megapíxeles, apertura f/1.8 y enfoque por detección de fase.
Ultra angular: sensor de 8 megapíxeles, apertura f/2.2 y ángulo de visión de 118º.
Macro: sensor de 2 megapíxeles y apertura f/2.2.
Profundidad: sensor de 2 megapíxeles y apertura f/2.2.
App de cámara

Motorola se mantiene fiel a la app de cámara que vienen usando desde hace varias generaciones. En la parte inferior, justo sobre el botón disparador, tenemos el modo de foto y el de vídeo. Junto a ellos está el icono de acceso al resto de modos donde encontramos más funciones como el modo retrato, macro, visión nocturna o ultra resolución entre otros. Esta disposición resulta un tanto incómoda ya que tenemos que desplegar este menú cada vez que queremos activar otro modo, aunque aquí Motorola nos echa un cable y nos deja un acceso rápido al último modo usado junto con los otros dos iconos.

El menú ajustes está bastante cargado de opciones. En la parte superior tenemos la resolución tanto de imágenes como de vídeos, primero de la cámara trasera y después de la cámara selfie. Más abajo hay otras funciones como la captura de sonrisas o el disparo de selfies con un gesto. Aquí también podemos elegir si activar el optimizador de escenas. Normalmente recomiendo no usar este tipo de mejoras ya que lo que hacen es saturar las fotos, pero en el caso de Motorola siempre nos pregunta si queremos aplicarlo cuando encuentra una foto en la que hacerlo, por ejemplo de un paisaje o comida.

La app de cámara es muy completa en cuanto a funciones y la navegación es cómoda, lo que no es cómodo es el rendimiento; el disparo es lento y el procesado de imágenes da errores.
La app de cámara es muy completa en cuanto a funciones y la navegación es cómoda, lo que no es cómodo es el rendimiento. El disparo es lento y muchas veces se me ha escapado una foto por este motivo. Pero sin duda lo más molesto es el procesado de las imágenes. Tarda en exceso, provoca cierres de la galería y, si no, a veces no muestra las últimas fotos si no salimos y volvemos a entrar. Como decía más arriba, no es un fallo puntual sino algo que sucede constantemente: con fotos normales e incluso más si se trata de imágenes en modo retrato, modo noche o a máxima resolución. Quizá se pueda solucionar con una actualización de software, pero de momento es la experiencia que nos hemos encontrado.

La buena relación calidad-precio es lo que hizo de la gama Moto G un éxito de ventas y el Moto G9 Plus sigue manteniéndolo en su ADN. Por 269 euros tenemos un móvil al que no le falta de nada, empezando por su diseño de trasera brillante y un trabajo de compactación que, sin ser el más extremo que se ha visto, es más que de sobra para hacer que las 6,8 pulgadas de su pantalla resulten manejables.

La buena relación calidad-precio es lo que hizo de la gama Moto G un éxito de ventas y el Moto G9 Plus sigue manteniéndolo en su ADN.
El grosor y peso son el detalle que más penaliza el diseño, pero hay un motivo detrás y es una autonomía que hace que nos olvidemos del enchufe y, cuando toca visitarlo, la carga rápida hace el proceso bastante llevadero para tratarse de una batería tan grande.

El punto débil de este Moto G9 Plus es el rendimiento, especialmente en lo que a la experiencia fotográfica se refiere. El procesador puede con las tareas del día a día sin problema y la capa es muy limpia y ligera. Sin embargo, algo sucede con esa app de cámara que lastra todos los procesos y nos recuerda, en el peor sentido, que esto es un móvil económico. Los resultados de la cámara tampoco nos han volado la cabeza, pero están en el nivel esperado a un móvil de su categoría. Lo malo, como siempre, es que pelea en un segmento muy competido en el que destacar se complica más y más.