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Firefox contra todos: el mundo de los navegadores está conquistado por Chromium

Chrome domina de forma imperial el mercado de los navegadores. Según los últimos datos de Statcounter, mantiene un 64,06% de cuota (escritorio+móvil), mientras que Safari cuenta con un 19,22% que baja al 9,81% si solo contamos escritorio porque ya se sabe, el iPhone es mucho iPhone.

El resto de los contendientes casi no cuentan en ese particular ránking de cuota de mercado, pero siguen valientes en la lucha. Están Microsoft Edge, Opera, Vivaldi, Brave, y por supuesto Firefox. Salvo por este último, en Windows todos los navegadores son en realidad caras de una misma moneda. Todos están basados en Chromium, y el navegador de Mozilla nada a contracorriente.

Una situación algo deprimente
Es algo que llevamos ya tiempo viendo. La última gran renuncia la firmó Microsoft Edge, que tras un valiente pero discretísimo inicio tuvo que rendirse a la evidencia y se reinventó, pero esta vez basado en Chromium.

Aquello desde luego funcionó bien para Microsoft, que ha logrado cosechar buenas críticas y una popularidad más que decente para su navegador aunque intente forzar su uso de formas muy discutibles.

Otras lo habían hecho antes, y al final tenemos una situación en la que las alternativas a Chrome no son alternativas especialmente distintas, sobre todo porque comparten un motor común, que es el navegador Open Source Chromium.

Es cierto que a partir de esa base cada desarrollo tiene sus fortalezas (y sus debilidades), pero lo cierto es que al usar Chromium se libran de hacer un trabajo muy pesado: crear un motor de renderizado realmente solvente es una tarea muy compleja, y no lo es menos debatir sobre estándares web y si estos son adecuados y se decide implementarlos (y cómo).
Como decía el programador Bozhidar Batsov, que precisamente nos traía esa reflexión recientemente, la situación es algo deprimente. Hay solo dos grandes proyectos Open Source, y uno es controlado por una Google que lleva tiempo moviendo ficha para convertirse en una plataforma cómoda y estupenda pero con un lado ciertamente inquietante.
Para Batsov Firefox "es la única alternativa a la hegemonía completa de Chrome", sobre todo por ser Open Source de forma total, por desarrollar su propio motor de renderizado, llamado Gecko, y por su trayectoria a la hora de defender y proteger a los usuarios aunque tampoco se libre de darnos malas y preocupantes noticias.

Lo cierto es que Firefox lleva mucho tiempo solo contra el mundo, y no para de esforzarse por convencer a más y más usuarios de que es una opción válida. A finales de 2017 dieron una vuelta de tuerca importante con Firefox Quantum (su versión 57), que avanzaba en el rendimiento de su motor de renderizado y su motor JavaScript y que trataba de mejorar su consumo de memoria, una de las quejas habituales de este navegador (y de otros).

Desde entonces su evolución ha sido constante y ha habido cambios de diseño relevantes —como el que se produjo este verano—, y con sus luces y sus sombras, que siempre las hay, Firefox ha demostrado su intención de ofrecer una alternativa válida en este mercado.