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EEUU contrataca a China tras los avances en la fabricación de chips. Quiere restricciones más duras de dos de sus principales aliados

Las ventas de móviles en China siguen cayendo como en el resto del mundo, aunque el país oriental tiene un fuerte bastión en Huawei, que está resurgiendo de sus cenizas gracias al lanzamiento de móviles como el polémico Huawei Mate 60 Pro. El caso de sus componentes prohibidos -entre ellos el procesador Kirin- fue otro capítulo más en esta guerra tecnológica-comercial. Desde el otro lado, Estados Unidos recrudece esta contienda aumentando las restricciones de la tecnología que va a China, véase la máquina litográfica de ASML que esperaban.

Ante la ausencia de la maquinara necesaria para avanzar en el proceso de fabricación, en el gigante asiático han optado por usar tecnología antigua. También guardan un as bajo la manga para sortear a EEUU: los chiplets. Ahora bien, en modo defensa, el gobierno chino está protegiendo con ayudas a dos de sus más importantes torres, que son Huawei y SMIC. Veremos cuánto consigue resistir China ante el empuje que ahora Washington hace sobre sus aliados para endurecer las restricciones actuales.

Estados Unidos se ha dado cuenta de que a China no le hace falta la vanguardia

De acuerdo a la información de Financial Times, EEUU vuelve a presionar a sus aliados, repitiendo con Holanda e incluyendo a Japón, para que así endurezcan las exportaciones de equipos de fabricación de chips a China. Recordemos que el país oriental ha sabido sortear el veto estadounidense usando equipos antiguos, un éxito para China y un desafío para los norteamericanos.

Los 5 nanómetros parecen posible, algo que el gobierno de Biden contemplaba. Ahora bien, mirando al futuro y para sobreponerse del duro varapalo que supuso el veto, China ya ha emprendido un camino hacia su nuevo desarrollo tecnológico. 40.000 millones de dólares en 2023, ahí es casi nada.

Aunque, eso sí, no tendrá las cosas fáciles con las restricciones que siguen apretando desde dos países aliados a EEUU: Japón y Holanda. Estas naciones tienen empresas especializadas en la producción de máquinas para fabricar chips, y se sumaron al veto aplicando restricciones a la exportación de componentes y equipos.

No sirvieron demasiado hasta el momento, pues como hemos visto los componentes "prohibidos" del Mate 60 Pro fueron una sorpresa. Ahora, la administración de Biden quiere que Tokio y La Haya den un paso más, según fuentes de estas conversaciones.

¿En qué consistiría ese paso? Entre las posibles medidas que leemos en Bloomberg, figura la restricción de las exportaciones de máquinas menos sofisticadas, como también introducir nuevas restricciones a la hora de reparar los equipos de clientes chinos con adquisiciones anteriores al veto.

Por si fuera poco, un funcionario europeo confirmó estas presiones de Washington, mientras que el Ministerio de Comercio holandés declinó comentar acerca del tema. En Tokio sí se reconocen conversaciones, sin dar más detalles. Esto ha desencadenado una toma de decisiones que ha llevado a Bruselas a coordinar los controles de las exportaciones más duramente.

Sea como fuere, una persona familiarizada con las conversaciones entre EEUU y Corea del Sur afirmó que los fabricantes de chips que están siendo subvencionados, estarían fabricando chips con pérdidas: "Los chinos no tienen que preocuparse por la eficiencia del proceso: pueden utilizar equipos de vanguardia para producir chips de vanguardia porque pueden permitirse sangrar dinero de una manera que nadie más puede".

China, mientras, sigue manteniendo su discurso: "Estados Unidos ha estado ideando diversas tácticas para reprimir a China y sigue alargando su lista de sanciones unilaterales, alcanzando niveles desconcertantes de absurdo insondable", declaró el ministro de asustos exteriores, Wang, en una rueda de prensa en Pekín.