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La historia del primer ratón comercial: un fascinante viaje al prestigioso laboratorio Xerox PARC
Si alguna vez tu ratón dejó de funcionar, quizá porque se quedó sin batería, probablemente recuerdes lo difícil que es intentar hacer cualquier cosa en el ordenador únicamente con el teclado. Este periférico, no solo es uno de los mejores aliados de la productividad y los juegos, sino que también es un elemento prácticamente indispensable de la computación de escritorio.
El mundo ha cambiado mucho desde que apareció el primer ratón para ordenador en la década de 1960. Se trataba de un dispositivo de madera con ruedas metálicas y un solitario botón en la parte superior. En la actualidad tenemos la posibilidad de elegir nuestro accesorio favorito entre un amplio abanico de opciones cuyo precio, en líneas generales, varía entre los 2 y los 400 euros.
El primer ratón comercial
Ahora bien, ¿alguna vez te has preguntado cuál fue el primer ratón comercial? Para encontrar la respuesta debemos viajar hasta 1969. En aquel entonces, Xerox estaba explorando nuevas vías de negocio. La compañía estadounidense había presentado nada menos que la primera fotocopiadora de la historia en 1959, y dominaba este mercado, pero tenía la necesidad de seguir creciendo.
Xerox tenía un centro de investigación en Rochester, Nueva York, pero la dirección dio luz verde a la creación de un segundo centro de investigación destinado a desarrollar el concepto de “La oficina del futuro”. El Palo Alto Research Center (PARC) se encontraba, literalmente, en el otro extremo de Estados Unidos, lo que en cierto modo le daba mayor grado de libertad a su equipo.
Uno de los proyectos más destacados del laboratorio se llamaba Xerox Alto. Era un ordenador personal que parecía traído del futuro porque integraba una pantalla de mapa de bits, un sistema operativo con interfaz gráfica de usuario (GUI) y conectividad Ethernet. Además, llegaba con un ratón, un accesorio innovador que evolucionaría notablemente antes de llegar al público algunos años más tarde.
Con el mencionado movimiento, el ratón que durante tanto tiempo había estado en el laboratorio se convirtió en un producto comercial, aunque el precio del Xerox Star era prohibitivo, por lo que este ordenador no fue un éxito de ventas. Tiempo antes, en 1979 para ser exactos, se produjo la conocida visita de Steve Jobs a Xerox PARC, donde entendió casi a la perfección hacia dónde se dirigía la computación personal.