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Así es mi día a día siendo rider y repartidor de Amazon después de 40 días de encierro

Esperar delante del McDonalds a que entren pedidos, fines de semana sin descanso y tráfico que hay que esquivar con habilidad, en bicicleta o moto, para llegar a tiempo para la entrega. Así podíamos ver el día a día de los riders que se desplazaban a toda velocidad de un lado a otro en nuestra ciudad antes de que llegaran los tiempos de pandemia.

Como si estuviéramos en una especie de premonición de Kojima, vivimos una realidad en la que la gente no puede salir de sus casas y depende de los repartidores si quiere algo que no está a su alcance. Una visión distópica de calles desérticas y repartidores sueltos que siguen recorriendo la ciudad para atender los pedidos.

Hemos hablado con algunos de ellos para que nos cuenten cómo es su rutina después de más de 40 días de cuarentena.

Muchos menos pedidos
Chema, creador del canal Vlogderline, en el que narra sus andanzas durante sus repartos, ha estado trabajando desde hace 3 años como repartidor en diferentes plataformas. Trabaja sobre todo los alrededores de Sevilla y ha podido ver el gran descenso de pedidos que ha habido en su zona.

Trabaja simultáneamente en plataformas como Glovo, Uber Eats, Amazon Flex y Lola Market, y en cada una de ellas los patrones de pedidos han cambiado: "Para Glovo, por ejemplo, en las últimas dos semanas he hecho solo un pedido. El problema es que el 90% de los pedidos en su caso son de McDonalds y desde que hicieron el ERTE y cerraron no hay pedidos apenas; que los sitios de comida rápida cierren condiciona absolutamente el trabajo."

"Además, hace cuatro días atrás, nos han reducido la tarifa de entrega a la mitad", nos sigue contando Chema refiriéndose a Glovo, "y esto seguidamente se ha extendido a Uber Eats, por lo que encima que hay menos pedidos, los cobramos a la mitad, apenas ganas 1,90 € por pedido".

A eso hay que sumarle las cancelaciones: cuando no se ha podido realizar la entrega, pero el repartidor ha hecho el recorrido y cobra esa entrega a la mitad, es volver a reducir la tarifa a la mitad. El tabaco, por ejemplo, es uno de los pedidos usuales, y "a pesar de que la gente sepa que el estanco cierra a las 19:00, te hacen el pedido a las 20:00, o a las 22:00, y es otro pedido cancelado".

Daniel (nombre modificado a su petición) es un rider de Alicante. Trabaja para una empresa que le proporciona repartidores a Just Eat, donde tienen un app intermediaria que les manda los pedidos. Lleva trabajando de forma fija con ellos desde hace casi dos años: "La primera semana de confinamiento no trabajé nada, éramos muchos compañeros, al haber tanta bajada de pedidos muchos no hacíamos nada. Al bajar el trabajo, se echó a unos cuantos compañeros, entonces el trabajo se fue normalizando".

Después de un tiempo, y ahora que son menos compañeros, "hay días que son incluso más fuertes que un fin de semana normal antes del confinamiento, en cuanto a pedidos se refiere".

En otras plataformas, como Amazon Flex, también ha habido cambios, como nos cuenta Chema: "Antes se trabajaba por bloques de cuatro horas en las que se hacían entre 28 y 30 pedidos. Ahora te dan ese mismo bloque con los pedidos preestablecido y son entre 40 y 50 pedidos. Es decir, tienes que hacer esos pedidos en cuatro horas. La mayoría de la gente que conozco que se dedica a esto no quiere hacerlo. Porque además estaba más geolocalizado, en zonas más pequeñas, ahora son esos 40-50 pedidos son entregas muy lejanas las unas de las otras, más desperdigadas, no vale la pena, no se puede hacer eso en cuatro horas.

En cambio, los pedidos que más suben son relacionados con hacer la compra en el supermercado. Chema trabaja con Lola Market: "Tienen un precio fijo de ocho euros por pedido, lo cual es genial. Hoy, por ejemplo, he hecho tres entregas, pero he tenido que rechazar siete porque no me daba tiempo a atenderles. Lola Market es la app con la que más trabajo, es lo que mejor está funcionando en Sevilla".